4 claves para cambiar Hábitos

En estos días de reflexión y nuevos propósitos,

¿te has planteado cambiar algo para sentirte mejor en algún aspecto de tu vida?

Es posible que hayas decidido trabajar en algunas de tus conductas, cambiar algunos de estos:

  • hábitos alimenticios para mejorar el físico y la salud,
  • hábitos de trabajo para rendir mejor y evitar el desgaste
  • hábitos para tener más éxito,
  • hábitos sociales para divertirse,
  • hábitos de sueño para levantarse renovado,
  • hábitos de movimiento para estar en mejor forma,
  • hábitos de pensamiento para preocuparte menos y positivizar más,
  • etc…

Y tambien es posible que te invada un doble sentimiento:

  •  por una parte, la ilusión por el cambio y verte con el resultado
  • y por otra, inquieto por la duda sobre si lo conseguirás

Un hábito no es más que una nueva conducta que se realiza de manera regular y automatizada.
Una vez adquirido se convierte en permanente, sin apenas esfuerzo.

El objetivo es llegar a que no cueste.

Claro que, ese es el “quid”: QUE NO CUESTE.

Así que he pensado en sugerirte algunas claves para hacer “tu plan” más sencillo y alcanzable:

1. EL Mito del Tiempo

Se oyen muchas cifras, sobre todo lo de los 21 días que se necesitan para cambiar. Pero en realidad, no hay un número determinados de días para instaurar un nuevo hábito.

Algunos se forman al instante, otros llevan 2-3 semanas y otros requieren meses.

El promedio está entre 1 y 90 días (a veces más, dependiendo del tipo de hábito).

La clave es trabajar cada día en tu plan sin pensar demasiado en el tiempo límite. Debes asumir que es un proceso gradual y darte tiempo para conseguirlo.

2. No hay fórmula secreta

No todos necesitamos los mismos hábitos para estar mejor.

Lo que tiene en común las personas exitosas con la gestión de sus hábitos es que saben perfectamente los que funcionan para ellos y los que no, y se aseguran con empeño que así es como quieren vivir.

La clave es conocerte a ti mismo. No copiar rutinas de otra persona o por presión social.

3. Acepta los fallos

Cualquiera que sea el cambio que te hayas propuesto, no es fácil sostenerlo en el tiempo sin fallar.

Acepta tus reveses. Forma parte del proceso de transformación.

Una de las razones por las que en pocas semanas se habrá diluido la motivación por los nuevos propósitos es porque en algún momento “te habrás saltado el plan”.

¡Normal!

Cuando antes asumas que solo tienes que aceptar el fallo y continuar con tu plan, más cómodo te sentirás y perderás menos las ganas de seguir.

El perfeccionismo es el peor enemigo en un cambio de hábitos.

4. Diseña un plan estructurado

Trabaja en tu programa de cambio como lo harías con cualquier proyecto de envergadura:

  • Planifica las acciones de la semana.
  • Empieza por objetivos pequeños, realistas y alcanzables.
  • Diseña un repertorio de conductas nuevas. Es mucho más fácil crear un hábito nuevo que cambiar uno ya existente. Te resultará más estimulante.
  • Identifica los desencadenantes que pueden sacarte del plan.
  • En situaciones “de riesgo” visualízate saliendo airoso, repasa mentalmente qué harás y cómo te sentirás
  • Si fallas, no pasa nada, o retomas el plan el resto del día o si ya es tarde, al día siguiente, como si no hubiera sucedido nada el día anterior. ¡No a la culpa!
  • Usa la distracción, te ayudará a calmar los antojos o enfocarte en algo totalmente diferente si has fallado. ¿Cuánto tiempo?
    • para un antojo de comida, 3 minutos son suficientes para diluirlo. Haz la prueba, ya verás que efectivo.
    • para otro tipo de acción, en 15 minutos ha desaparecido la intensidad de querer sabotear el plan.

¿Sabes? No se construyó Roma en 2 días, de modo que:

  • relaja tu proyecto
  • dótale de estrategia e
  • ilusiónate desde la calma

Ten presente en todo momento el beneficio que obtendrás y visualízate a menudo con él. De ahí a la realidad, estás a un solo paso.

¡Te deseo un exitoso 2018 contigo mismo!