
Libres de estrés somos más sanos, felices, y longevos, lo cual es determinante para el éxito de cualquier negocio. Libres de estrés ganamos energía, potencia, fuerza… y eso es importantísimo para sentirnos bien y potenciar el éxito. Pero para estar libres de estrés, es fundamental que sepamos cómo afecta el estrés a nuestra energía vital.
¿Por qué?
Porque el estrés es el mayor erosionador de energía. Arrasa con la energía mental y física.
Un poquito de estrés es útil. Ayuda a rendir, a sentirse más activo, más potente… más energizado incluso. Pero más de eso agota. Lo que tenemos que aprender es a administrar esa dosis de estrés de manera que nos dé la potencia suficiente para rendir en el momento, hacer la actividad o lo que quieras desempeñar sin problemas.
Y a partir de ahí, saber muy muy muy bien cómo gestionar la energía, para que se quede en ese punto. En esa dosis justa para rendir al máximo y sentirse bien, y no agotarse a partir de ese momento.
Pero antes de aprender a gestionarlo, hay que comprender qué es el estrés, qué causa el nuestro y qué es la energía y cómo se gestiona.
El concepto de energía: ese gran desconocido
Casi nadie piensa en la gestión de la energía, porque se da por hecho que la tenemos. Y no siempre conseguimos disponer de ella o mantenerla. De hecho, si constantemente no tenemos energía, nos sentimos débiles, menos sanos, menos felices.
La energía es nuestro don más preciado: la fuerza de cada uno, la energía de cada uno mental y física es la clave del éxito de la vida.
Si no tenemos energía, apenas tenemos posibilidades.
Si buscas la palabra energía en internet, verás que dice algo así como: «Capacidad y fuerza para actuar mental y físicamente».
Así que, cuando hablamos de estrés, al margen de entender cómo es, cómo nos afecta, qué o quién lo desencadena, también debemos comprender cómo desactivarlo para vivir y trabajar libres de ese estrés cuando queramos.
Es importantísimo saber entender nuestra energía, cómo producirla, y sobre todo, cómo aprender a mantenerla estable.
Especialmente a partir de una edad.
Porque no negaremos que, a partir de una edad, todos disponemos de bastante menos energía.
Obviamente cuando somos más jovencitos disponemos de ella a raudales
A medida que pasa el tiempo, como decía, va mermando la capacidad de tenerla.
Pero tiene remedio.
¿Tú te imaginas todas las horas, todos los días, todas las semanas, todos los meses, todos los años, uno detrás de otro, con capacidad y fuerza para actuar mental y físicamente?
Eso es la gestión de la energía.
¿Qué significa que tienes energía? Significa:
- que el estrés no está arrasando con ella, por lo que tu nivel de estrés es bueno o ninguno. Lo cual es un pasaporte para una excelente salud, tan crucial para tu vida y futuro.
- que te levantas renovado, puedes trabajar a lo largo del día con alto rendimiento sin cansarte, sin ningún tipo de bloqueo, sin ningún tipo de bruma mental.
- que tienes un humor radiante, significa que emanas esa buena energía a todo lo que te rodea, eso hace que tu entorno esté más a gusto y más cohesionado contigo.
- que esos días, que parecían complejos, son en realidad fáciles de llevar a cabo. Eso significa que a lo largo del día puedes desarrollar múltiples tareas y que cuando finaliza la jornada no te sientas agotado/a.
- significa que tu cerebro rinde todo el día al máximo y sin altibajos de foco mental y concentración.
- que sabes nutrir tu cuerpo para que esté potente a lo largo de la jornada, mientras que cuidas la salud y también el peso.
- que las cosas se suceden de una forma más fluida, no hay bloqueos, no sientes saturación, no sientes sobrecarga.
- Y, sobre todo, que sabes manejar muy bien tu energía mental, para que, a lo largo de la mañana, tarde, e incluso de la noche, puedas pasar ese rato maravilloso con los tuyos, no decaigas y te permitas disfrutar.
Cuando tienes energía y mantienes a raya el estrés, tienes mucha más proactividad, y el contexto resulta más positivo.
Por todo esto es importante saber gestionar la propia energía.
La crisis de energía actual
Hoy en día estamos inmersos en complicadas crisis —sanitarias, económicas—, pero también lo estamos en una crisis de energía personal.
Y digo crisis de energía porque en general estamos agotados, saturados, sobrepasados.
Nos falta energía para responder a las exigencias del trabajo, nos falta energía para terminar la jornada para disfrutar de la vida personal. Nos falta energía para emprender nuevos proyectos, gestionar personas, para comer bien, para hacer ejercicio… hasta para divertirnos, al margen de la complejidad diaria.
Y especialmente si llevas muchos años en activo, como es mi caso —que ya son 30—, eso tiene una mella en tu faceta energética, en tu capacidad de producir energía.
Claro que no dispongo de la misma energía a los 56, como la que tenía a los 26, a los 36, o a los 46, pero sí se puede disponer de estrategias para producir energía mental y física y que esta se mantenga estable, alejando el estrés y con mucha salud, que es lo verdaderamente importante.
Además, el sentirte energizado permite desarrollar nuevas ideas con facilidad, te permite irradiar a tu negocio, a tus equipos, a tus responsabilidades personales una faceta de ti muchísimo más magnética, con mayor liderazgo… Y eso te hace sentir inmensamente mejor.
Libres de estrés conseguimos no perder uno de nuestros dones más preciados: esa energía. Seguro que es uno de los tuyos.
Por eso, si estás al frente de un negocio, es imprescindible que aprendas cómo disponer de energía mental y física a todas horas y alejar el estrés. Este paso es clave para que mantengas tu potencia, tan necesaria para facilitar el éxito de tu proyecto empresarial.
Quizá te resulte extraño reflexionar sobre tu energía, pero seguro que si te detienes un momento y piensas en ello reconocerá que te gustaría disponer de mucha más.
No es nada extraño, si estás en tus 40s o 50s, estás dentro de la normalidad: se pierde energía a medida que avanza la edad.
Lejos de asumir y resignarte a que es lo normal, puedes recuperarla si la has perdido o aumentarla y sentirte rebosante de vigor, potencia y fuerza y buen humor.
¿Conseguir más energía? Te preguntarás cómo.
Aunque no lo creas, lo puedes lograr, pero antes de saber cómo producirla, todo empieza por un cambio de mentalidad. Ya lo decía Einstein (que era muy sabio): «Si quieres resultados distintos, no hagas las mismas cosas de siempre».
Si estás decidido a conseguir ese estado ideal en el que la energía fluye a todas horas, no importa en qué edad estás a partir de los 40, necesitarás nuevas formas de pensar que te ayuden a cambiar.
La mayoría de nosotros respondemos a las enormes demandas del mundo laboral con nuestro tiempo —jornadas maratonianas— pero sobre todo con un consumo enorme de energía que desgasta nuestro estado mental, físico y emocional.
La energía que consumimos la produce nuestro cuerpo y se gasta sobre todo en cómo nos comportamos, pero también en nuestra forma de pensar. Comemos y nos movemos para producirla. Descansamos para renovarla y almacenarla. Y según pensamos podemos activarla o desactivarla.
Sin ella no podemos existir, y mucho menos trabajar.
¿Cómo usas tu energía?¿Lo has pensado alguna vez?
Tu energía puede ser muy limitada o inmensa. Solo tú decides tener cuánta. Y la puedes usar de dos formas:
- Sobreviviendo a duras penas, en un formato de vida de dedicación al trabajo a costa del tiempo y la energía, llegando agotado a la noche y sin ganas de nada. que es de lo más habitual.
- O convirtiéndote en un estratega de ella: entendiendo qué la activa y qué la reduce. Qué es lo que la fulmina por completo. Y cómo gestionarla para disfrutar de ella a todas horas, al margen de la extrema sobrecarga, edad o dificultad del momento.
La energía es tu mayor recurso. Si esto lo entiendes bien, has dado el primer paso para comprometerte a gestionarla. Cuanto más estratega seas de la cantidad, calidad, foco y potencia de tu energía, más exitoso en todas las áreas de tu vida.
Por el contrario, si no la gestionas bien, te sentirás desenfocado, cansado, menos satisfecho, menos feliz, más frustrado, más enfadado y tendrás mayor probabilidad de alterar tu salud.
¿Qué necesitas para gestionar tu energía?
Gestionar la energía no es difícil, solo hay que saber cómo producirla y mantenerla estable.
Puedes producirla de muchas maneras, pero, como te digo, no será posible si no partes de una nueva mentalidad.
A mí me fascinó cuando descubrí este modo de contemplar la vida, que es lo que me llevó a otro nivel y es lo que me encantaría que te sucediera a ti.
Es decir, debes trabajar para lograr que tu mente esté:
- Creativa para permitir adquirir hábitos o rutinas diferentes.
- Concentrada en producir y mantener la energía al margen de la compleja agenda diaria.
- Resiliente para pasar por encima de los reveses del día y seguir hacia el objetivo de mantenerte energizado.
- Optimista para ver siempre el vaso medio lleno.
- Positiva para estar convencido de que se puede conseguir.
- Divertida para disfrutar del proceso de cambio.
- Visionaria para mantener en la mente esa imagen permanente de como uno quieres estar y que en absoluto es inalcanzable.
- Organizada para tener un plan claro y conciso que lleve a los objetivos.
- Flexible para integrar cualquier cambio cómodamente.
- Ligera para que no suponga sensación de esfuerzo.
- Joven para pensar que nunca es tarde para estar cada vez mejor.
- Comunicativa para compartir tu estado con tu entorno, porque así es mayor.
¿Y cómo consigo esto, Susana? Son atributos que se incorporan poco a poco, pero al cabo del tiempo y tampoco creas que mucho, forman parte de tu nuevo modo de pensar. Y yo, como te digo siempre, te puedo ayudar.
Estas cualidades de tu nueva mentalidad te harán fácil pasar de tu estado actual al estado ideal y podrás disfrutar de nuevos hábitos para aumentar tu energía, vitalidad, resiliencia y sostenibilidad de la misma, sin limitaciones.