estrés psicólogico

Qué es estrés psicológico y cómo superarlo

¿A qué llamamos estrés psicológico?

Decimos que una persona presenta un cuadro de estrés psicológico cuando siente que está bajo presión mental, física o emocional y afecta sobre todo a sus emociones y comportamiento.

La fase aguda de estrés psicológico es normal

Es normal que todos pasemos por fases de estrés psicológico, sobre todo si vivimos en un ambiente con altos niveles de exigencia, tanto por el puesto laboral que ocupemos como por las circunstancias que la vida nos trae (durante el confinamiento ha habido muchos casos de estrés psicológico).

Pero si ese estrés, no es una cosa aguda sino crónica y empiezas a presentar síntomas físicos y mentales causados por el estrés psicológico o emocional de manera repetida que afecten a tu bienestar, debes buscar ayuda porque el estrés psicológico ha llegado a convertirse en un problema de salud.

Como ya hemos visto en entradas anteriores, las causas del estrés las encontramos tanto en la cotidianidad (en los compromisos diarios, en una rutina sobrecargada de responsabilidades…) , como en situaciones inesperadas de fuerte contenido traumático (como una muerte repentina, una ruptura de pareja o una pérdida de trabajo o, como ha ocurrido recientemente, el miedo a la pandemia).

La tensión de lo primero y la no aceptación de lo segundo provocan una angustia interna que desemboca en pérdida de calidad de vida y sensación de ansiedad constante.

Más concretamente, el estrés psicológico, también llamado emocional, es la forma que tenemos de reaccionar física, emocional y psicológicamente, de manera reactiva e inconsciente, cuando:

  • Surgen cambios imprevistos importantes o situaciones nuevas a las que debemos adaptarnos.
  • Sentimos presión, autoexigencia o que alguien exige mucho de nosotros.
  • Nos abruman los pensamientos negativos, recuerdos dolorosos, preocupaciones, frustración, culpa, coraje, sentimiento de fracaso, etc.
  • Tenemos un problema que no conseguimos resolver y sentimos impotencia.
  • Nos sobrecargamos de responsabilidades, a veces de forma voluntaria, porque creemos que debemos encargarnos de todo.
  • Algo o alguien amenaza nuestro bienestar físico o emocional.

Lo podemos resumir en las tres P: Problemas, Preocupaciones, Presión.

Ante estas situaciones, como hemos visto, nuestro organismo se activa para luchar contra cualquier amenaza. Por eso se trata de una reacción ante cualquiera de estas situaciones que es automática e instantánea, de carácter reactivo.

A menudo ni siquiera notamos cómo o cuándo se inicia.

A este tipo de reacción se le llama respuesta de ataque o huida y es innata, pues forma parte de nuestro instinto de supervivencia.

La reacción en sí no es preocupante; de hecho, nos salva de peligros como que pase un coche muy rápido al cruzar la calle y nos paremos de golpe para no ser atropellados.

El estrés psicológico surge cuando estas reacciones nos dejan un sentimiento de pesadumbre, ansiedad o estado de nervios constante que derivan en una serie de manifestaciones físicas y mentales que se observan como síntomas.

Síntomas del estrés emocional

Ante hechos como los comentados que provocan presión mental, emocional e incluso física, el cuerpo reacciona liberando las hormonas del estrés que bien pueden hacernos actuar con rapidez ante una situación de amenaza como que producen otros síntomas que se confunden con diversas enfermedades.

Sobre todo hay que tener especial atención con la bajada de defensas y con la tendencia de muchas personas a paliar el estrés psicológico con un mayor consumo de azúcares, tabaco, drogas y otras sustancias perjudicadles para la salud, así como el sedentarismo y el consumo compulsivo de la televisión o los videojuegos, por ejemplo.

Es decir, que el efecto del estrés psicológico sobre el cuerpo suele ser indirecto. A muchas de estas enfermedades se las llamó psicosomáticas por considerar que el factor psicológico era clave en su inicio.

Más tarde, al ser una teoría que no se ha podido demostrar, pasaron a denominarse enfermedades psicofisiológicas.

Por tanto, los síntomas son reacciones de diferentes tipos:

  • Afecta a las emociones: ansiedad, miedo, irritabilidad, confusión, etc. Estos síntomas del estrés psicológico son los más fácilmente reconocibles.
  • Influye en los pensamientos: dificultad para concentrarnos, pensamientos obsesivos, excesiva autocrítica, olvidos frecuentes, preocupación desproporcionada por el futuro, rechazo a la realidad, etc.
  • Distorsiona las conductas: parálisis social, trato brusco a otras personas, llanto, tendencia a apretar las mandíbulas, ingesta compulsiva de alimentos no saludables, aumento del consumo de tabaco, alcohol u otras sustancias tóxicas, etc.
  • Provoca cambios físicos: tensión muscular, dolor de cabeza con tendencia a la migraña, problemas de espalda, tensión en el cuello, malestar estomacal, sudoración de manos, inapetencia, mariposas en el estómago, fatiga, infecciones, palpitaciones o respiración agitada, etc.

Si el estrés psicológico es leve, y todavía no es crónico, o tienes alguna sospecha de que lo sufres, trata de ponerle freno antes de que vaya a más con las siguientes estrategias:

Estrategias para minimizar las consecuencias del estrés psicológico

Hay varias formas sencillas con las que podemos enfrentarnos al estrés psicológico:

  • Prácticas meditativas o de relajación: apúntate a un curso o busca Apps que puedes llevar en el móvil con las que puedas practicar al menos diez minutos al día. Muy recomendables también para la noche cuando el estrés te provoque insomnio.
  • Apúntate a un gimnasio o a algún deporte con otras personas. La fuerza del grupo motiva más que intentarlo solo, aunque también puedes salir a caminar todos los días. Si optas por las caminatas, te sugiero que escuches un podcast o música para evitar que tus pensamientos se enfoquen en lo que te preocupa y estresa provocando más ansiedad.
  • Busca orientación especializada. No hace falta tener una patología para hacer terapia. Prueba unas sesiones y verás cómo te ayudan a crecer interiormente y reducir los niveles de estrés psicológico. En ocasiones solo que nos escuchen hace milagros. Y si además lo hace alguien que está formado para ayudarte, mejor ;D
  • Revisa tus hábitos alimenticios: qué comes, cómo y cuándo lo comes. Los horarios son también importantes.
  • Prueba a escribir sin más pretensiones que volcar tus preocupaciones sobre el papel. El efecto terapéutico de la escritura está probado y cada vez tiene más adeptos.

El peligro del estrés psicológico es que no se le tome en cuenta en su debida proporción al poner el foco en los síntomas, normalmente leves, y no en la verdadera causa psicológica.

El autoconocimiento y las revisiones regulares ayudan a que se detecte a tiempo, antes de que el estrés se cronifique y se convierta en un verdadero problema de salud.

El estrés psicológico o emocional se reconoce fácilmente por sus síntomas más perceptibles: sudor de manos, mariposas en el estómago, palpitaciones, manos frías, insomnio, angustia, etc. Por supuesto, no se dan todos los síntomas a la vez en la misma persona. Más que hablar de síntomas son alertas que nos da el cuerpo y a las que debemos prestar atención.

El cuerpo siempre avisa, escúchalo.

¿Sufres de estrés psicológico?

Una vez que conoces los síntomas y los desencadenantes del estrés, es necesario que analices si las demandas y exigencias de tu día a día superan tus habilidades, aptitudes y cualidades. Y para ello, debes conocer bien cuáles son esas habilidades y capacidades emocionales que tienes.

No obstante, a menudo se pierde la objetividad al analizar y juzgar una situación. Puede ocurrir que, de manera inconsciente, exageres las exigencias y problemas y/o no aprecies toda tu capacidad de resolución.

Pero siempre puedes aprender y siempre puedes mejorar, profundizando en tu autoconocimiento y practicando la aceptación de las circunstancias que se te presentan.

Si por el contrario, te conoces bien y te das cuenta de que sufres estrés psicológico y para manejarlo decides utilizar estrategias de probada eficacia como aprender técnicas de relajación, aumentar el tiempo de ejercicio, apoyo de otras personas y una alimentación saludable, además de dormir bien y hacer pausas, comprobarás por ti mismo que los niveles de estrés y ansiedad se reducen considerablemente.

Por tanto, no tienes que preocuparte si los síntomas son leves: es normal estresarnos en algunas ocasiones.

Pero si las manifestaciones son frecuentes o tienen continuidad en el tiempo, es necesario tomar acción para disminuir o eliminar el estrés psicológico. Hay que analizar esos síntomas para determinar cuáles están siendo provocados por el estrés y cuáles son causados por enfermedades o medicamentos.
¿Cuántas veces te has preocupado por algo que nunca sucede? Seguramente muchas. A todos nos ha pasado.

El trabajo, los problemas económicos y sociales, la pandemia, las relaciones, etc., son la principal fuente de presión y estrés psicológico. Sin embargo, tú puedes decidir cómo reaccionar ante dichas presiones.

Recuerda: el cuerpo avisa; haz caso a sus señales y obsérvate. Tal vez esas manifestaciones físicas que te preocupan son por el estrés psicológico y tienen solución.

lead magnet
5 preguntas para saber si el estrés te impide potenciar tu negocio

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *

Publicar comentario