Desarrollar y mantener los comportamientos que nos lleven hacia un Estilo de Vida Saludable se hace cada vez más necesario por varias razones: Indudablemente por salir indemnes de las dificultades, presiones y exigencias que nos impone el entorno, pero especialmente para poder rendir al máximo en la etapa de la madurez que afortunadamente, cada vez se prolonga más años…
Es frecuente escuchar y leer acerca de la sostenibilidad de las energías, las estrategias, los mercados, la economía, etc.. ¿Pero qué hay de “sostener” nuestro propio rendimiento y lograr ese bienestar constante? El primer paso para lograrlo es poder identificar las posibles fuentes de “no sostenibilidad”, especialmente en el ámbito laboral:
– La sobrecarga: demasiadas tareas sin los recursos suficientes
– La multicarga: demasiadas tareas diferentes que realizar
– El cambio perpetuo: cambios constantes en las condiciones y el entorno laboral
y su convivencia con las obligaciones personales, familiares…especialmente ELLAS…
Si no se reconoce cada vez más la importancia de la salud y el bienestar de la persona en su entorno particular y en las organizaciones, se va hacia un rendimiento cada vez más empobrecido individual y colectivo, con una mayor incidencia en la enfermedad.
¿Podemos remediarlo? El vivir en una sociedad tan altamente competitiva en la que se valora el éxito en base a los resultados cuantitativos conseguidos no lo hace fácil; pero lo que sí podemos cambiar es nuestro afrontamiento ante tal nivel de demanda potenciando nuestra capacidad.
¿Cómo? Diseñando y alcanzando una “zona propia” de ALTO RENDIMIENTO mediante una serie de habitos saludables cotidianos que impactan positivamente en el bienestar, la salud y, como consecuencia, en la productividad, anulando efectos derivados del estrés y de la tensión sostenida.
Podemos entrar en esa Zona una vez hayamos aprendido a nutrirnos con técnica para mantener el nivel de energía alto durante toda la jornada, a desactivar la respuesta de estrés que tanto nos daña a nivel fisiológico, a movernos con disciplina estratégica para mantener optimo el nivel de tonicidad física y por tanto paliar el cansancio, y a intercalar rutinas de recuperación a lo largo del día que suben exponencialmente la capacidad.
El ALTO RENDIMIENTO es ese estado de energía física y mental constante que nos permite enfrentarnos con éxito a las múltiples tareas cotidianas de manera equilibrada y tónica y gestionar nuestras intensas jornadas con la energía, el foco y la vitalidad necesarias para desenvolvernos con éxito en el entorno profesional y familiar.
Pero el ALTO RENDIMIENTO no es algo que se improvisa: Se diseña.