La Gestión de los Antojos

Parece que entendemos por antojo, la tendencia de la mujer embarazada de tomar un cierto tipo de alimento, bien sea con mayor frecuencia de lo habitual o de rara elección dado que no era habitual que lo tomara en el pasado.

Sin embargo, más allá de una conducta alimentaria inexplicable y a veces hasta caprichosa de la futura mamá, es de imprescindible tratamiento en cualquier proceso de pérdida de peso.

Una habilidad esencial para perder peso (y especialmente para mantener lo perdido) es aprender a sobrepasar los antojos sin comer.

En el tratamiento psicológico de la persona con sobrepeso u obesidad hay ciertas técnicas para ayudarle a gestionar correctamente esta dificultad, las cuales cuando se repiten una y otra vez, incluso si no se está experimentado el antojo, acaban estando bien preparados para cuando aparecen los antojos.

Seguro que ciertas formas de pensar resultan familiares: “lo único que puedo hacer para no tener este antojo es comer”, “no conseguiré aguantarme si no es comiendo”, “no tengo fuerza de voluntad cuando me pasa esto”.

Lo primero que hay que saber es que los antojos proceden de varios tipos diferentes de desencadenantes:

–   ambientales (vista ú olor de la comida).

–   sociales (encuentros, reuniones, celebraciones alrededor de la comida y bebida).

–   emocionales (uno se siente cansado, estresado,  triste, alegre, etc).

Cuando se experimenta un antojo (apetece comer algo que no está planificado), se siente incomodidad emocional, que suele manifestarse como ansiedad o irritabilidad así como pensamientos sobre si se permite o no comerlo. Ello genera tal desasosiego que provoca ceder y comer el alimento no planificado para calmar ese estado de incomodidad.

¿Qué hacer para no sucumbir?

Primero saber que el malestar fisiológico de incomodidad, ansia, nerviosismo, tensión que produce, como máximo tiene una duración de 3 minutos, transcurridos los cuales desaparecen los síntomas negativos.

Y lo segundo, que el malestar mental se puede eliminar de 2 modos:

–   decidir que lo van a comer

–   decidir que no lo van a comer

Cuando a los pacientes se les explica que tan pronto como se decidan a tomar el antojo, la incomodidad va desapareciendo, incluso antes de que el alimento entre en la boca, ya que la decisión está tomada, se quedan muy  sorprendidos.

Pero lo que sorprende aún más es que el malestar desaparece tan pronto como decidan no comerlo, incluso antes de que centren la atención en cualquier actividad.

Para que a continuación se sientan cómodos se les sugiere que:

–   se dediquen a realizar cualquier actividad distractora (pasear, llamar a alguien, entretenerse con internet, organizar algún armario o habitación, escuchar música, etc).

–   que tengan muy presentes las ventajas de “no haber sucumbido”.

–  que cataloguen la experiencia (“es solo un antojo”, “es solo una incomodidad”), tolerarla y centrarse en otra actividad.

Así la experiencia del antojo poco a poco va disminuyendo y será menos frecuente, lo cual generará mayor autoestima y seguridad en el control del peso, y su mantenimiento.

¿Quién no ha tenido una experiencia  similar? Seguid los pasos y veréis que desaparece!!!