Rendimiento: Atletas Elite vs Corporativos

Hace un par de días he tenido la oportunidad de aprender de los doctores Barry Sears (creador de la Zona) y Aaron Romano (creador de la PaleoZona, en colaboración con Sears) cómo diseñar los planes nutricionales para los atletas deportivos de élite.

El Dr. Sears tiene una larga experiencia en entrenar nutricionalmente a atletas en USA, muchos de los cuales han logrado medalla olímpica. El Dr. Romano ha desempeñado la misma actividad en Europa.

Fue un placer compartir con tan ilustres científicos cómo a través de la comida y una suplementación de omega 3, el cuerpo y la mente puede llegar a su máximo nivel de eficiencia.

Mucho de lo escuchado ya lo había aplicado en los últimos años en el mundo de los otros atletas, el corporativo, como experta en la Zona,  pero aún así, me produjo gran satisfacción verificar que no está muy distante la necesidad de aporte de un ejecutivo a pleno rendimiento repleto de sobrecarga en largas jornadas, comparado con un atleta deportivo dedicado a  ganar la competición, salvando las distancias en cuanto a gasto físico. Lo crucial es mantener el foco mental, la atención y la concentración. Ser agudos, claros y eficaces, y no bajar el rendimiento ante la adversidad. Atributos que sin duda comparten ambos tipos de atletas.

Uno puede pensar “¿y qué tiene esto que ver con cómo se come?”. Realmente es ahí donde reside la clave de un alto rendimiento, la estratégica distribución de nutrientes con una frecuencia concreta de ingesta y un aporte de ácidos grasos omega 3, elevan al individuo a un estado psico-físico superior.

La Zona es ese estado fisiológico en el que las hormonas controladas por la dieta están en rangos tan estables que controlan la inflamación celular y llevan a la persona a un estado de extraordinaria salud y ejecución.

Lo explico:

–      Cada vez que comemos producimos una respuesta hormonal. El aporte siempre es de:

  • Hidratos de carbono que estimula la hormona almacenadora de nutrientes (insulina). Si nos excedemos los almacena en forma de grasa y además impide desalojar la que tenemos ya almacenada.
  • Proteínas que estimula la hormona transportadora (glucagón) y mantiene los nutrientes en sangre.
  • Grasa (debe ser monoinsaturada tipo aceite oliva) que enlentece el paso de nutrientes en sangre, lo que hace que los tengamos durante más tiempo a disposición (menos hambre y fatiga).

–      La inflamación celular es aquella que no se percibe pues está por debajo del umbral del dolor, es silenciosa. Se activa por el efecto de reacciones de los nutrientes y malos hábitos, dando lugar a inflamación de tejidos, daño en órganos y por tanto enfermedad. A diferencia de la inflamación que ya conocemos, ocasionada generalmente por una invasión microbiana, un golpe, etc…

Con la dieta podemos controlar la inflamación, y hacer que las hormonas no almacenen nutrientes, sino todo lo contrario, que cada vez que comamos los tengamos durante 3-4 horas a disposición, permitiendo por tanto mayor rendimiento y ejecución, con menor probabilidad de desgaste.

Cualquier persona que reciba este tipo de entrenamiento nutricional, al cabo muy poco tiempo ya puede disfrutar de los resultados:  rendimiento superior, menor tiempo para la recuperación, mayor claridad mental, concentración, foco mental, mejor tiempo de reacción, mejor humor, mejor vigor, menor ansiedad, menor fatiga, menor confusión, menor pereza y menos desánimo, depresión.

Para ciertos atletas de élite es una de sus armas secretas y así, ser excelentes: “Vivir en la Zona”.

Y… ¿la tuya?. El cuerpo es tan inteligente que cuando se le somete a la instauración de un hábito fisiológico de estas características, tarda apenas 7-10 días en reaccionar y sentirse infinitamente mejor. A medida que se avanza, los beneficios son espectaculares… Animo a probarlo.

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