La próxima vez que participes en una reunión, da una ojeada a tu alrededor: es muy posible que la mayoría de los participantes estén ensimismados con las pantallas de sus móviles, tabletas u ordenadores…, mientras alguien está hablando o haciendo una presentación que pocos siguen. Y lo cierto es que casi todos estamos orgullosos de nuestra gran capacidad de vivir en «modo multitarea», o sea, atendiendo media docena de cosas contemporáneamente.
La multitarea puede ayudarnos a iniciar muchas cosas de nuestra lista de obligaciones, pero también nos expone a cometer más errores, pues disminuye la capacidad de apreciar la información verdaderamente importante, o los matices clave de cada tarea. Además, impide la retención de la información en la memoria de trabajo, conocida también como «working memory», lo cual, disminuye la capacidad de resolver problemas y la creatividad.
Durante la ultima década, los avances en la neuroimagen nos han revelado de manera cada vez más clara, cómo funciona el cerebro. Estudios realizados en adultos con déficit de atención e hiperactividad (ADHD o Attention Deficit Hyperactivity Disorder) usando las últimas tecnologías de imágenes cerebrales y diferentes pruebas cognitivas, nos muestran como funciona la capacidad de enfoque del cerebro, cómo la multitarea empeora esa capacidad, y la facilidad con la que el cerebro se distrae. El estudio demuestra que el déficit de atención e hiperactividad va mucho mas allá de quien lo padece de manera aguda: se ha extendido a todos los que vivimos en el mundo del «siempre conectado».
Pero las buenas noticias son que el cerebro posee una extraordinaria capacidad de aprender a cómo ignorar las distracciones, para permitirnos vivir mucho mas enfocados, creativos y productivos.
Os sugiero tres reflexiones para empezar a MEJORAR EL FOCO:
1. Doma el frenesí
El frenesí es un estado emocional, es la sensación de sentirse un poco (o mucho) fuera de control. Normalmente está ligado a emociones como la ansiedad, la tristeza o la cólera. Las emociones las procesa la amígdala, una pequeña área del cerebro que tiene forma de almendra y que responde potentemente a aquellas emociones negativas que son percibidas como amenazas. Las pruebas funcionales de neuroimagen demuestran que la activación de la amígdala por las emociones negativas, interfiere con la capacidad del cerebro de resolver problemas o realizar otras funciones cognitivas. Los pensamientos o emociones positivas por el contrario, consiguen mejorar la capacidad ejecutiva cerebral y facilitan la creatividad y las decisiones estratégicas. Podemos entrenar nuestro cerebro para que genere mas emociones positivas de manera continuada.
2. Echa el freno
El cerebro nunca deja de explorar nuestro entorno, sea interno o externo. Incluso mientras estamos enfocados en una tarea particular, las distracciones están siempre al acecho: pensamientos extraños, emociones, sonidos o interrupciones… Afortunadamente, el cerebro está diseñado para frenar instantáneamente cualquier tipo de pensamiento incontrolado, acción innecesaria o incluso aquellas emociones que el instinto le dicen que nos pueden llevar a salirnos de las líneas marcadas para la tarea del momento. Podemos entrenar nuestro cerebro para ir ligeramente por delante de estas señales, y frenarlas antes de que ellas nos frenen.
3. Cambia actividad mental (conscientemente)
Aunque si estar enfocado aporta grandes beneficios, puede parecer paradójico que a veces sea necesario cambiar el foco de la atención a un nuevo problema, para mejorar la calidad de dicho foco. Cambiar la actividad mental (conscientemente) quiere decir poner todo nuestro foco en una nueva tarea, sin dejarnos ni una pequeña parte de ese foco en la anterior tarea. A veces como digo, es necesario hacer esto para liberar el cerebro temporalmente, permitirle gestionar otra tarea, y volver con mas potencia y capacidad a la anterior para resolverla definitivamente. Eso si, todo el proceso ha de ser realizado conscientemente.
Resumiendo, la multitarea puede ser excitante en si misma, pero se ha demostrado que nos hace vivir una vida mucho más superficial, y mucho menos plena. Aunque lo bueno de todo esto es que si hay remedio: el cerebro tiene una grandiosa capacidad de cambiar a mejor con el entrenamiento adecuado. Vosotros elegís.
Así que, ¡buen foco a tod@s!