La vida actual nos exige una velocidad sin precedentes: nunca hemos tenido que ser más dinámicas, rápidas y expertas en multitarea, que ahora.
Llevando este rol multifacético no es de extrañar que a muchas les haga sentir atrapadas en este torbellino, sintiendo que la vida transcurre “contra reloj”, con la consiguiente frustración y consecuencias.
En este panorama dos de esas consecuencias destacan: el estrés y sobrepeso.
No es nada particular de las mujeres, por cierto. Afecta a todos por igual. Me enfoco en ellas pues es donde transcurre mi actividad, por eso conozco bien qué les sucede y cómo resolverlo.
Lo más destacado es que el sobrepeso y el estrés, casi siempre están interconectados. Y esto a menudo no se sabe identificar.
Por eso quiero contártelo.
Estrés y sobrepeso van repetidamente de la mano, afectando la calidad de vida de innumerables mujeres ocupadas.
Y repercute en la salud y bienestar general, pasando por cómo dificulta el alto rendimiento tan exigido con las nuevas formas de trabajar.
1.El estrés hoy día
1.1.¿Qué es el estrés?
El estrés es una respuesta natural del cuerpo a situaciones que percibe como amenazantes o desafiantes.
Hace miles de años disponíamos de esta fabulosa herramienta de interna para librarnos del peligro, si es que conseguíamos salir indemnes con la respuesta de lucha o huida que nos provee.
Hoy en día, esa respuesta interna de estrés sirve para poco, pues no te encuentras ese tipo de amenazas en nuestro entorno. No hay leones a tu alrededor que te busquen para cenar.
El estrés actual te ayuda a ser más aguda, capaz, resistente, enérgica en situaciones que percibes como amenazantes. Esto sucede cuando sientes que algo o alguien te sobrepasa, te preocupa en exceso o sencillamente sientes que es demasiado.
Pero todo depende de 2 cosas: 1. Lo que para ti sea considerado como amenazante. A todos no nos estresa lo mismo. 2. Y si la percepción de amenaza constante la mantienes en el tiempo
Tu estrés no se activa para sobrevivir al medio en el sentido literal, sino para responder a las exigencias del medio.
Y esto depende de lo que te preocupe, te desborde o te exijas o te exijan, y no estés de acuerdo.
1.2. Las facetas del estrés en la mujer moderna
Entre responsabilidades laborales, familiares, sociales y personales, la mujer de hoy busca equilibrar innumerables roles, a menudo sintiendo que no hay suficientes horas en el día.
Esta sensación de «nunca parar» puede alimentar el estrés, afectando al estado físico (sobrepeso, menor energía vital, etc), la salud mental, el estado emocional, la calidad del sueño, las relaciones interpersonales y, en última instancia, la salud global.
Y esto no puede ser. Por eso es tan importante que conozcas bien qué es estrés.
2.La relación entre estrés y sobrepeso
2.1. Hormonas y apetito
Si la mente percibe una amenaza que altera tu equilibrio vital, como, por ejemplo: abrir el correo y ver muchos mails de temas importantes que gestionar además del trabajo del día, o un problema que ha surgido con un hijo, o estar bajo el mando de alguien con quien no comulgas con presión constante por lo que haces, etc, se activa una respuesta hormonal para dotarte de energía extra, mental y física, que te facilita resolver esa situación amenazante y potencialmente “alejarte del peligro”.
Lo que sucede es que cuando el cuerpo percibe estrés, se liberan hormonas. Unas te dan fuerza física y potencia y otras, lucidez y destreza mental.
La que va al cerebro es el cortisol, y sí, te genera un estado mental superior, pero consume un nutriente esencial para tu cerebro, la glucosa.
Y aquí empieza el vínculo con el sobrepeso pues tu cerebro te ordena comer para recuperar su combustible, sin el cual no le es posible funcionar.
2.2. Estrés y decisiones alimentarias
El cortisol es muy interesante porque es la hormona que te facilita ser más aguda, rápida mentalmente y enfocada. Por eso nadie quiere prescindir del estrés, porque hace sentir más capaz.
El problema viene cuando se tiene de más. Puede llegar a erosionar los centros procesadores de la memoria.
Habrás visto a muchas personas bajo estrés que tienen lapsus. Lo suelen achacar a la edad, pero no es verdad. Sus cerebros llevan tiempo bañados en cortisol.
Y para colmo, el cortisol, además, dificulta comer saludable. ¿Porqué?
Porque sencillamente el cerebro ordena comer, y lo hace estimulándote a consumir ciertos alimentos que le proporcionan rápido glucosa para disponer de una energía inmediata, como los hidratos de carbono de alto índice glucémico (pan, bollería, patatas, pastas, arroces).
Esto dependiendo de la hora del día, se acompaña además de otros alimentos como los ricos en grasa o alcohol para relajar, pues el cuerpo ha generado demasiada energía que no es capaz de liberar, y tanto la grasa como el alcohol ayudan a rebajar.
Bajo condiciones de estrés, las decisiones racionales sobre la alimentación pueden ser eclipsadas por el deseo de satisfacción inmediata. El cerebro exige estar abastecido de su nutriente principal, la glucosa, por convivir con el cortisol.
Por eso, alimentos carbohidratados que generan rápidamente glucosa, ricos en calorías, se convierten en una elección común, pudiéndote llevar a un aumento gradual del peso.
3. El sobrepeso hoy día
3.1 Una creciente preocupación
El sobrepeso además de preocupar físicamente pues te sientes mejor sin kilos de más, va más allá de un problema estético.
Sus consecuencias para tu salud son diversas y significativas: desde hipertensión y enfermedades cardíacas hasta diabetes tipo 2 y problemas articulares.
Además, el sobrepeso puede afectar la salud mental, llevando a cuadros de ansiedad y depresión. Parece exagerado pero muchas veces pasa.
3.2 El papel del estilo de vida en el sobrepeso
Las largas jornadas laborales, menos movimiento físico, la facilidad de acceso a alimentos procesados y las decisiones alimenticias apresuradas, ha creado un entorno propicio para el sobrepeso.
Para muchas mujeres, encontrar el tiempo y la energía para cuidar de su salud y bienestar se ha convertido en un desafío constante.
Herramientas para enfrentar la realidad
Reconociendo el estrés
El primer paso hacia un cambio real es reconocer y entender el estrés en tu vida. Al hacerlo, puedes identificar las principales fuentes de este estrés y comenzar a trabajar en estrategias para manejarlo o reducirlo.
Hacia un enfoque integral
No se trata simplemente de «hacer dieta». Es más, bajo estrés nutrirse bajo la premisa de la restricción, solo agudiza el problema.
Es otro estresor más.
Un cambio verdadero y sostenido proviene de un enfoque integral que incluya una alimentación estratégica para rendir y alejar el exceso de peso, movimiento regular que incluya sentirte flexible, mantener un poco de estrés a favor para determinadas situaciones y el resto mantenerlo bajo control, y foco en el autocuidado mental y emocional, al margen de la compleja agenda diaria.
4. Conclusiones y reflexiones
Aunque vivir «a contrarreloj» parece ser una norma en la sociedad moderna, es vital que tomemos un momento para reflexionar sobre cómo el estrés y el sobrepeso están afectando nuestras vidas.
El primer paso es la conciencia, y el siguiente es la acción.
Si quieres deshacerte del estrés tóxico y el sobrepeso ¿estás preparada para tomar acción?
1. Introducción: Mujer trabajadora, estrés y sobrepeso
¿Te sientes atrapada en un ciclo interminable de jornadas laborales, listas de tareas pendientes y presiones constantes?
¿Y encima con esos kilos de más imposibles de quitar?
No estás sola.
Muchas de nosotras, nos encontramos en la encrucijada de la modernidad: mientras abrimos caminos y nos destacamos en nuestras profesiones, y parece que podemos con todo, el estrés y el sobrepeso se han colado sutilmente en nuestras vidas.
A medida que las mujeres han roto barreras, han escalados peldaños en sus carreras profesionales, han asumido roles con mayores responsabilidades y, a menudo, con expectativas desmesuradas, el estrés aparece como un acompañante persistente.
Y lo hace porque muchas mujeres experimentan la fatiga de estar constantemente «encendidas», siempre alertas y disponibles, tratando de equilibrar las demandas laborales con las personales.
Esta sobrecarga mental y emocional que genera estrés puede manifestarse en síntomas físicos, como insomnio, dolores de cabeza y, para muchas, en problemas de sobrepeso.
Se traduce en algo tan simple como esa sensación de despertar cansada incluso después de una noche completa de sueño, o esa frustración al ver que esa prenda favorita ya no nos queda como antes.
Y sí, sabemos que cada vez que intentamos dedicar un momento a nosotras mismas, algo «urgente» aparece y se lleva ese precioso tiempo.
El mundo nos dice que debemos ser perfectas: exitosas en el trabajo, presentes en la familia, con una vida social activa y, además, en forma. Y ¿qué sucede cuando las exigencias laborales y las presiones personales convergen?
Nos encontramos en un punto en el que el estrés ya no es solo un término abstracto, sino un compañero diario que afecta nuestra salud y bienestar.
No se trata solo de unos kilos de más; es esa constante sensación de estar abrumada, de que el día no tiene suficientes horas y de que el autocuidado es un lujo que cuesta permitirnos.
Pero aquí estás, buscando respuestas, y eso ya es un gran paso.
A lo largo de este artículo, te acompañaré en un viaje de reconocimiento y comprensión, porque mereces sentirte bien contigo misma, sin importar cuán ocupado sea tu calendario.
Juntas, exploraremos las raíces del estrés y el sobrepeso en la vida de la mujer trabajadora y trazaremos el camino hacia un bienestar duradero y un equilibrio genuino.
Porque sí, es posible.
2. Entendiendo el estrés
Navegar por la tempestad de responsabilidades y compromisos profesionales puede ser una hazaña desafiante. A veces, el estrés se presenta de formas que ni siquiera reconoces hasta que se manifiesta en tu cuerpo y mente. Y aun así, la mayoría no lo identifica como estrés.
Lo he visto tantas veces…
Como mujer profesional, es crucial entender cómo el estrés entra en tu vida diaria para poder enfrentarlo y ponerlo a tu favor, para que no arrase con tu energía, que es lo que hace, además de afectar al peso a menudo.
El estrés en el trabajo no solo proviene de las cargas excesivas de trabajo. Falta de claridad en las tareas, relaciones tóxicas con colegas o jefes, y la constante necesidad de adaptación pueden desencadenarlo, además de responsabilidades personales (pareja, hijos, finanzas, futuro, etc)
Es un enemigo silencioso que se manifiesta de formas sutiles: insomnio, ansiedad, fatiga crónica, y problemas digestivos, entre muchos otros. Puede llegar incluso a ser letal.
Por eso es crucial tenerlo bien y tenerlo bajo control.
a. Las múltiples caras del estrés laboral
No siempre es esa gran presentación o esa fecha límite inminente lo que desencadena el estrés.
A veces, son las microtensiones diarias: ese correo electrónico que llega tarde en la noche, las expectativas no dichas pero claramente sentidas, o la sensación de que siempre debes estar un paso adelante, la auto exigencia.
También está ese sentimiento de querer demostrar tu valía, de equilibrar la vida profesional con la personal sin dejar caer ninguna bola.
Y, siendo sinceras, a menudo sentimos que debemos hacer malabares con todo, sin mostrar signos de fatiga.
b. Los efectos silenciosos del estrés en tu cuerpo
Nuestro cuerpo, en su sabiduría, responde al estrés liberando hormonas, los glucocorticoides..
Si bien estas hormonas nos preparan para enfrentar situaciones de «lucha o huida», en el mundo moderno rara vez «huimos» o «luchamos» físicamente. Esto puede desencadenar un ciclo donde esas hormonas elevadas afectan a tu cuerpo, mente y equilibrio porque debilitan ya que no se liberan.
El estrés silencioso, aquel que ignoramos o minimizamos, puede tener consecuencias reales y muy tangibles en nuestro bienestar o lo que es peor, en la salud.
3. Sobrepeso: la consecuencia no deseada del estrés crónico
Las presiones del mundo profesional moderno y el deseo constante de superación pueden tener una sombra, a menudo inadvertida, sobre nuestras vidas.
Detrás del brillo del éxito, el estrés crónico puede manifestarse en varias formas, y una de las más visibles y perjudiciales es el sobrepeso.
Quizás has notado que, después de días particularmente agotadores, te sientes más inclinada a optar por comidas rápidas y reconfortantes, o que el sueño esquivo se convierte en tu norma. Eso es el estrés trabajando sigilosamente.
3.1. ¿Por qué el estrés hace ganar peso?
Si alguna vez te has preguntado por qué, a pesar de tus mejores intenciones, los números en la báscula siguen aumentando en épocas de alta tensión, es bastante normal.
El estrés y el sobrepeso están intrínsecamente conectados a nivel biológico.
Cuando estamos estresadas, nuestro cuerpo libera la hormona llamada cortisol. Aunque es esencial en situaciones de «lucha o huida», en niveles elevados y constantes, puede desencadenar una serie de respuestas.
Una de ellas es el aumento del apetito.
El estrés crónico nos lleva a buscar alimentos ricos en calorías, a menudo ricos en azúcares y grasas. Es una respuesta evolutiva, ya que nuestro cuerpo busca energía rápida para enfrentar el «peligro».
A esto se suma que, bajo estrés, nuestro metabolismo puede ralentizarse, haciendo más difícil quemar esas calorías adicionales.
El resultado es un cúmulo progresivo de kilos, convirtiendo el estrés en un factor directo del sobrepeso.
3.2. Las señales de alarma que no debes ignorar
Más allá de la obvia señal de ropa que se siente más ajustada, hay otros signos que pueden indicarnos que el estrés y el sobrepeso están afectando nuestra salud.
Fatiga, aunque duermas tus 8 horas, te sientes cansada. El estrés crónico puede afectar la calidad de nuestro sueño, dejándonos agotadas al día siguiente.
Falta de energía, molestias en las articulaciones, dificultad para dormir y una disminución en nuestra autoestima son claros indicadores.
Dificultad para concentrarte: el estrés sostenido puede nublar nuestra mente, dificultando la concentración y la toma de decisiones.
Cambios de humor: La irritabilidad, la tristeza o la ansiedad pueden ser respuestas emocionales a un estrés no gestionado, que también puede influir en el aumento de peso.
Además de antojos incontrolables: si sientes un impulso irracional por alimentos azucarados o grasos, especialmente en momentos de tensión, es probable que el estrés esté influyendo en tus elecciones alimenticias.
Emocionalmente, el sobrepeso puede traernos sentimientos de frustración, tristeza y a veces hasta de culpa.
Por todo esto es crucial reconocer y actuar sobre estas señales.
Puede parecer que, mientras todo marcha bien en nuestra carrera, nuestra salud y bienestar se han quedado atrás. Estos sentimientos, a su vez, pueden aumentar nuestros niveles de estrés, creando un bucle difícil de romper.
Reconocer la relación entre estrés y sobrepeso en el contexto de nuestra carrera profesional es el primer paso para romper el ciclo.
La salud es un equilibrio, y entender cómo el estrés contribuye al sobrepeso es vital para retomar el control de nuestro bienestar en medio de una carrera profesional agitada.
No se trata de elegir entre éxito profesional y bienestar personal. Con la información y herramientas adecuadas, es posible encontrar un equilibrio y prosperar tanto en nuestra carrera como en nuestra salud.
Las herramientas y estrategias adecuadas pueden marcar la diferencia en nuestra trayectoria hacia un equilibrio saludable y un éxito auténtico.
Conclusión: Exito sí pero no a costa de ti.
4. Estrategias efectivas para gestionar el estrés y el sobrepeso
No todo está perdido. Sí, es cierto. El mundo profesional que habitamos es complejo y demandante. Pero, querida lectora, no estamos desamparadas en esta lucha.
Mientras el estrés y el sobrepeso pueden parecer imponentes, existen estrategias validadas, basadas en la empatía y el entendimiento, que pueden ayudarte a navegar las aguas tumultuosas de tu vida profesional y personal.
Te voy a sugerir algunas acciones que puedes tomar, aunque antes lo prioritario es identificar claramente cómo el estrés te afecta a ti, cuáles son tus síntomas y desencadenantes.
A partir tener muy claro lo anterior, algunas acciones que puedes tomar:
a. Alimentación estratégica
En lugar de seguir dietas estrictas que a menudo generan más estrés, una buena estrategia de alimentación contrarresta incluso el estrés y ansiedad que genera. ¿Tienes hambre o es ansiedad? Aprender a distinguir estas señales puede ser el primer paso para controlar el sobrepeso causado por el estrés.
b. Centrarte en momento presente y en ti
Dependiendo de tu estilo de personalidad te atraerá más practicar ejercicios de respiración, concentración y reconocimiento de nuestros pensamientos o realizar algún tipo de actividad física, que solo combate el sobrepeso, sino que es un antídoto natural contra el estrés.
c. Establece límites
Es vital desconectarte del trabajo y dedicar tiempo a ti misma. Incluso sin hacer nada. También es vital saber decir no. Si no puedes, es vital aprender a decir no. Si bien queremos ser profesionales competentes y estar a la altura de cada desafío, es esencial reconocer nuestros límites. Establecer un equilibrio entre el trabajo y la vida personal ayuda a reducir el estrés y, por ende, sus consecuencias en el peso.
d. Apoyo y guía profesional
No subestimes el poder de un espacio seguro donde puedas expresar tus preocupaciones. Un profesional especializado puede ofrecerte herramientas personalizadas para manejar el estrés y abordar el sobrepeso desde una perspectiva holística.
Entender el estrés no es solo una cuestión académica; es una herramienta fundamental para tomar las riendas de tu salud.
Como mujer trabajadora, mereces reconocer cómo el mundo laboral y sus desafíos se reflejan en tu bienestar físico y mental. Es el primer paso para crear estrategias que te permitan florecer en todos los aspectos de tu vida.
Recuerda, cada mujer es única. Lo que funciona para una, puede no ser la solución para otra. La clave es la autocomprensión, la estrategia y el apoyo adecuado. Juntas, podemos encontrar el equilibrio, reducir el estrés y enfrentar el sobrepeso con determinación y amor propio.
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