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Menopausia y Jovialidad: ¡Toma Las Riendas y Siéntete Más Viva Que Nunca!

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Menopausia y Jovialidad: ¡Toma Las Riendas y Siéntete Más Viva Que Nunca!

1. ¿Menopausia? ¡Hablemos Claro! Descifrando mitos en nuestra charla de café.

¡Bienvenida! Si estás aquí, es probable que estés en ese momento de tu vida en el que la palabra «menopausia» empieza a ser parte de tu pensamiento cotidiano, ¿verdad?

¡No te preocupes!

Estamos juntas en esto, llevo tiempo de experiencia personal y profesional con ella, y vamos a conversar sobre ello como si estuviésemos en una tranquila cafetería, con nuestro café favorito o té.

Olvídate de las ideas o comentarios anticuados, te voy a desvelar algunos mitos sobre la menopausia en pleno siglo XXI:

1º Mito

Antes de nada, quitemos el gran hierro al asunto: la menopausia no es una enfermedad ni un fallo de tu cuerpo.

Es simplemente una etapa más, un nuevo capítulo en el libro fascinante que es tu vida. Así que, si alguien te ha dicho lo contrario, ¡es hora de desechar ese mito!

2º Mito

Ahora, voy con otro gran mito: «La menopausia significa envejecer y perder tu esencia».

¡Falso! La menopausia es una transición, no un punto final. Sí, hay cambios, pero ¿acaso no ha estado tu vida llena de ellos? Y mira, ¡aquí estás! Radiante, llena de historias y con un futuro brillante por delante.

Recuerda, la esencia de ser mujer no reside en una etapa de la vida, sino en la fuerza, la pasión y las experiencias que llevas contigo.

3º Mito

Quizás has escuchado que «la libido desaparece con la menopausia». Aquí hay algo de verdad, pero también mucho mito.

Es cierto que algunos cambios hormonales pueden afectar tu deseo, pero la intimidad no es solo hormonas.

La conexión, la comunicación y el descubrimiento mutuo son igual de esenciales.

Si la pareja te atrae, estimula y te apetece físicamente, cierto que la menopausia puede bajar el impulso, pero se puede compensar de muchas maneras.

Como me dijo mi ginecólogo cuando empecé con esto: “El sexo a partir de ahora está en tu cerebro. Depende de tu mente”. Y cuánta razón tenía.

Cierto que no funcionas con los parámetros de antes, pero es cuestión de saber manejarte en este nuevo entorno mental y físico. Puedes tener una vida íntima plena y satisfactoria en cualquier etapa de la vida.

4º Mito

No puedo olvidarme de este: «Durante la menopausia, siempre te sentirás cansada y de mal humor». Si bien hay momentos de cansancio o irritabilidad debido a los cambios hormonales, no estás destinada a sentirte así todo el tiempo.

Con la información y herramientas adecuadas, puedes sentirte energizada y disfrutar de la vida. Puedes pasar por estos cambios con gracia y, sí, ¡con jovialidad!

5º Mito

“Con la menopausia engordas”, este es el peor para muchas y muy arraigado. Pues debo decirte que, aunque el cambio hormonal no lo pone fácil, puedes evitarlo.

Es cuestión de que sepas qué pasa en tu fisiología y cómo comer para evitar acumular peso, especialmente alrededor de la cintura que parece tiende a desaparecer.

También quiero que sepas que no estás sola en esto. Todas las mujeres pasamos por la menopausia en algún momento, la mía por ejemplo apareció hace 6 años.

Y aunque cada experiencia es única, hay algo que une todas nuestras historias: la capacidad de reinventarnos, de crecer y de seguir brillando.

Así que, la próxima vez que escuches o leas algo sobre la menopausia, recuerda nuestra charla de café y toma todo con un granito de sal. ¡Y siempre con una sonrisa!

¡Sigo con la próxima taza de café!

2. Del Estrés a la Sonrisa: ¿Por qué a veces necesitamos ese chocolate extra?

¿Alguna vez te has preguntado por qué hay días en los que un pequeño trozo de chocolate (¡o bueno, quizás uno no tan pequeño!) lo sientes como el bálsamo perfecto?

Pues bien, no eres la única.

Para comenzar, ¡no te sientas culpable! Todas tenemos esos días en los que necesitamos un poco de indulgencia.

Y es que el estrés no es solo esa sensación de tener mil cosas por hacer y poco tiempo para lograrlo, además de tensión, ansiedad, agobio, malestar. Es también una respuesta física de nuestro cuerpo, y en ocasiones, nos pide a gritos un poco de confort. ¿Y qué más reconfortante que el sabor y textura del chocolate?

Ahora, añade la menopausia a la ecuación.

Con las fluctuaciones hormonales, hay momentos en los que nuestro ánimo se asemeja a una montaña rusa. Y en esos descensos, buscamos algo que nos brinde un poquito de alegría instantánea. ¡Ahí entra en juego el chocolate!

El hablar del chocolate es solo un modo de exponer el tema antojos o deseo compulsivo de comer. Y como el chocolate es de gusto casi universal, nos gusta a casi todas, creo que es el mejor ejemplo.

Además, ¿sabías que el chocolate contiene sustancias que elevan el ánimo? Así que no es que seas débil y no puedes evitarlo; ¡estás escuchando a tu cuerpo!

Eso sí, como en todo, el equilibrio es clave.

Si bien el chocolate puede ser nuestro salvavidas en ciertos días (u otros compensadores), también es importante recordar que hay otras maneras de manejar el estrés y esos momentos de bajón.

Una caminata al aire libre, una charla con una amiga o incluso sumergirte en tu libro favorito pueden hacer maravillas. Aunque es básico que entiendas qué es exactamente estrés, como te afecta a tu cuerpo, cuáles son los desencadenantes y cómo desactivarlos.

Así que, la próxima vez que te encuentres alcanzando ese trocito de felicidad cubierto de chocolate, sonríe y dale un mordisco. Recuerda que está bien darte pequeños gustos de vez en cuando.

Pero también, escucha a tu cuerpo y encuentra el equilibrio. Porque en esta etapa de la vida, todas las sonrisas y todo el chocolate del mundo.

Espero que te hayas sentido identificada y comprendida con esta pequeña charla. ¡Porque al final del día, todas merecemos sentirnos entendidas y consentidas!

3. Jovialidad en Cada Esquina: Reencontrándonos con esa chispa interna.

La menopausia no apaga tu luz, ¡al contrario! Es una etapa para brillar aún más. Solo es cuestión de saber cómo mantener encendida esa chispa interna.

Porque, vamos, si has manejado todos los desafíos hasta ahora, ¿por qué no volver a encender esa jovialidad?

a. Recordando los días soleados

Todas hemos tenido esos momentos en los que sentíamos que podíamos conquistar el mundo.
Tal vez fue esa vez que hiciste ese viaje soñado, o cuando enfrentaste un reto laboral que pensabas insuperable.
O simplemente ese día que te levantaste sintiendo que el mundo estaba ¡a tus pies!
¿Recuerdas cómo te sentías? Bueno, esa sensación no ha desaparecido. Está ahí, esperando que la saques a bailar de nuevo.

b. Los pequeños placeres: ¡No los subestimes!

¿Has notado cómo algo tan simple como el aroma del café recién hecho o sentir el aire fresco pueden sacarte una sonrisa?
Esos pequeños momentos son los que, sumados, crean una vida plena. No es necesario escalar una montaña (aunque, ¡oye!, si eso es lo tuyo, ¡adelante!) para sentir la chispa.
A veces, está en ese libro que no puedes soltar o en esa melodía que te hace mover los pies.

c. Rodéate de energía positiva

¿Tienes esas amigas que, sin importar el tema, siempre tienen una palabra amable o una risa lista para compartir?
Bueno, esas personas son como baterías para nuestra alma. Rodéate de ellas.
Y si sientes que no tienes a muchas a tu alrededor, ¡busca nuevos círculos!
Clases de baile, clubes de lectura, ¡hasta sesiones de yoga en el parque! Las posibilidades son infinitas.

d. Habla contigo misma como con tu mejor amiga

Sé que hay días en los que mirarte al espejo puede ser un desafío.
Pero piensa en esto: si tu mejor amiga viniera a ti sintiéndose un poco baja, ¿qué le dirías?
Probablemente le recordarías cuán increíble es, y todas las cosas maravillosas que ha logrado.
Bueno, es hora de ser tu propia mejor amiga. Hazte cumplidos, reconoce tus logros y da un paso atrás para ver el hermoso panorama de tu vida.
Así que, cuando sientas que esa chispa está un poco tenue, recuerda que tienes el poder de encenderla de nuevo.

La menopausia es solo una etapa, pero tu jovialidad, esa risa contagiosa y esa energía que te caracteriza, es eterna.

Y si alguna vez lo olvidas, vuelve aquí. Estaré para recordarte que cada día te puedes sentir mucho mejor, sin importar la edad.

4. Consejitos: Ideas simples pero claves contra el estrés y esos kilos de más

Mientras estás navegando por esta etapa llamada menopausia, ¿a veces sientes que tu cuerpo tiene una mente propia, ¿verdad?

¡Ay, esos momentos en los que el pantalón aprieta un poco más o el estrés parece la orden del día!

Pero como compañera de viaje en esta etapa que pasa por lo mismo que tú, te comparto algunos consejitos que he recogido en mi maleta de experiencias y que espero te ayuden en este viaje.

a. La magia del movimiento.

No te estoy hablando de entrenar para una maratón (a menos que quieras, ¡y ahí te aplaudiré!).

Pero un poco de movimiento, ya sea una caminata con tu playlist favorita o una clase de zumba donde desates todo tu ritmo, puede ser una forma fabulosa de liberar estrés y sentirte en sintonía con tu cuerpo.

b. Esa relación amor-odio con los carbohidratos

Además del chocolate, hay muchas opciones más. Lo sabemos. A veces, esa galletita, cervecitas, patatitas, vinito parece el único consuelo tras un largo día.

Pero ¿qué te parece si experimentamos? Hay mil y una delicias saludables que pueden saciar ese antojo sin sumar esos kilitos de más.

c. Respira, respira y vuelve a respirar.

Hay algo mágico en el simple acto de respirar. En esos momentos en los que el mundo parece estar al revés, date unos minutos para cerrar los ojos, respirar profundamente y reconectar con tu ser.

Es un pequeño truco que a mí me ha salvado más de una vez.

d. ¡Hidrátate con estilo!

¿Sabías que a veces confundimos la sed con el hambre? Un vaso de agua (y si le añades unas rodajitas de limón, mejor si necesitas algún sabor) puede ser tu mejor aliado.

¡Y por favor, consigue esa botella chula que te hace sonreír cada vez que la ves!
Beber agua nunca fue tan estimulante.

e. Rodéate de gente que te eleva.

Si hay algo que he aprendido es que la energía es contagiosa.

Si te rodeas de personas positivas, que celebran tus logros y te apoyan en tus bajones, te aseguro que verás la vida con otros colores.

Y, en serio, ¡evita a los vampiros de energía!

Con esto, la próxima vez que sientas que el estrés está golpeando tu puerta o que esos kilitos extra están haciendo de las suyas, ya tienes por dónde empezar: recuerda estos consejitos. Son muy sencillos, pero muy útiles.

5. ¡Dale un Giro a la Historia! ¿Qué tal si pruebas algo diferente y revolucionario?

Has escuchado mil historias, pero esta es diferente. Déjame mostrarte un camino de cambio lleno de alegría, vitalidad y, por supuesto, mucha jovialidad.

A veces, dar un salto al vacío es exactamente lo que necesitamos. Bueno, no te estoy diciendo que te tires de un paracaídas (aunque si te apetece, ¡dame un toque y vamos juntas!), pero sí que consideres darle una vuelta a la rutina y añadir un poco de picante a tu vida.

Esto seguro que te coloca en una etapa diferente pero cargada de estímulos vitalizantes y agradables, elevando tu calidad de vida y no te digo el bienestar.

Así que, ¿lista para explorar lo desconocido?

a. Atreve a probar ese pasatiempo que te ronda la cabeza.

¿Sabes esa clase de cerámica o ese taller de escritura o pintura que viste el otro día? ¡Es hora de inscribirte! ¿Y qué si no eres la próxima Picasso? La idea es disfrutar, reír y quizás descubrir un talento escondido.

b. ¡Fuera zona de confort!

Cada tanto, haz algo que te dé un poco (o mucho) de nervios. Tal vez es presentarte a ese grupo de baile, o iniciar una conversación con esa persona que siempre ves en el café. Pequeños retos pueden traer grandes recompensas.

c. Nutre tu cuerpo de manera revolucionaria.

Quizás has escuchado sobre esas dietas milagrosas que prometen resultados en días. Pero ¿qué tal si nos enfocamos en nutrición estratégica para esta etapa de vida? Aprende las claves, adáptalas a tu cuerpo, descubre alimentos nuevos, y crea platos que sean tanto deliciosos como nutritivos.

d. Viaja, aunque sea sin salir de tu ciudad.

A veces, ser turista en tu propio lugar puede ser una experiencia reveladora. Visita esos sitios que siempre has ignorado, haz esa ruta de museos o simplemente camina sin rumbo fijo por tus calles. Te sorprenderías de lo que puedes descubrir.

e. Considera terapias alternativas.

Reflexología, aromaterapia, reiki… Hay un mundo de opciones allí afuera que pueden ofrecerte bienestar y equilibrio. No todas serán para ti, pero ¿por qué no darles una oportunidad?

f. Cuando sientas que no puedes.

Considera apoyo durante unas semanas hasta dominar las conductas y formas de pensar efectivas que te llevaran con energía, facilidad y alegría por esta travesía. Con esto puedo ayudarte.

Así que, estimada compañera, recuerda que la vida está llena de oportunidades esperando ser descubiertas.

No tienes que cambiar todo de la noche a la mañana, pero con pequeños pasos, puedes darle ese giro revolucionario a tu historia.

Y siempre, siempre, aplaude cada uno de tus logros y aventura para que el autoconcepto se mantenga en la cima.
¡A por ello!

 

El enfoque que he empleado busca crear una conexión amigable y cercana con la lectora, como si estuviera conversando con una buena amiga que comprende sus sentimientos y experiencias. Es un enfoque fresco y genuino que espera generar confianza y empatía con la audiencia. ¡Espero que sea de tu agrado!

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